Skip to main content

Cuando los niños aprenden a cuidar su entorno al aire libre, desarrollan un amor por la naturaleza de por vida y esto no solo satisface sus necesidades de desarrollo, sino que también les ofrece la oportunidad de continuar con la tarea de preservar la naturaleza.

Crear un ambiente al aire libre que apoye la vida silvestre es un punto de partida hacia el cuidado y la administración ambiental, además de que ayuda a desarrollar el carácter en los niños. Aprenden a responsabilizarse de su comunidad y su entorno. En las comunidades Montessori de todo el mundo, la jardinería orgánica con frutas y verduras, el compostaje, el reciclaje y el aprendizaje de la conservación de recursos naturales como el agua con riego por goteo y la recolección de agua de lluvia son un componente integral de nuestro trabajo comunitario… Este espíritu de preservación y conservación tiende a extenderse mucho más allá de las paredes del aula. Los niños llevan este amor por la naturaleza con ellos a sus hogares y comunidades, donde disfrutan de la jardinería con sus familias, incluidos abuelos, tíos y tías. He escuchado muchas veces en mis interacciones con las familias que a su hijo simplemente le encanta cultivar fresas y sandías en el jardín de la escuela y que de esto es de lo que más hablan cuando llegan a casa.

La naturaleza inspira asombro y admiración en los niños. Brinda infinitas oportunidades para que los niños vean, escuchen, toquen y huelan lo que los rodea. Ayuda a generar conversaciones maravillosas y muchas oportunidades para jugar.

Las investigaciones sugieren que pasar tiempo al aire libre es muy beneficioso para la mente y el cuerpo de los niños. Proporciona un entorno real para que los niños exploren su ambiente mientras toman los riesgos apropiados, participan en esfuerzos de colaboración con sus compañeros y promueve la aptitud física, entre muchos otros beneficios. Según la Dra. Montessori, “No hay descripción, ninguna imagen en ningún libro que sea capaz de reemplazar la vista de árboles reales y toda la vida que se encuentra a su alrededor, en un bosque real. Algo emana de esos árboles que le hablan al alma, algo que ningún libro, ningún museo es capaz de dar «.

Cultivar este amor por la naturaleza y trabajar para preservar y conservar nuestro medio ambiente es un aspecto importante de la educación actual. Además, la importancia de seguir el desarrollo natural del niño juega un papel vital en los resultados de aprendizaje que esperamos en nuestro trabajo como padres y educadores. Los niños tienen un amor innato por la naturaleza y prosperan cuando se les dan las oportunidades que necesitan para explorarla en sus experiencias diarias. Esto ayuda a fomentar un compromiso profundo dentro de ellos con relación a su entorno. Estudios recientes sobre la mitigación del cambio climático sugieren que existen vías naturales para lograr los objetivos deseados y que la naturaleza puede jugar un papel muy importante en esta mitigación. Inculcar este amor por la naturaleza en los niños y aprender a prosperar con ella puede ser de gran ayuda en nuestros esfuerzos por mantener la sostenibilidad en nuestro planeta, además de la amplia gama de beneficios que esto proporciona para apoyar el desarrollo natural de los niños.

Fuente: Shazia Bandeali